La Fundación para Investigaciones Biológicas Aplicadas (FIBA) comunica el fallecimiento del Prof. Dr. Gabriel Favelukes, a los 91 años, y hace un homenaje a su memoria.
Estudió Ciencias Químicas en la FCEyN de la Universidad de Buenos Aires (UBA), realizó un doctorado bajo la dirección del Dr. Andrés Stoppani y un postdoctorado en Lexington, EE.UU.. Durante muchos años se dedicó a trabajar en aspectos vinculados a la biosíntesis de proteínas.
Posteriormente, inició investigaciones pioneras en la Argentina sobre fijación biológica simbiótica de nitrógeno, estudiando los mecanismos que usan las rizobacterias asociadas a plantas para captar nitrógeno de la atmósfera y transformarlo en amonio, un nutriente esencial y fertilizante natural.
El Dr. Favelukes fue un miembro destacado de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Investigador del CONICET, Profesor Emérito de la misma Universidad. Las líneas de trabajo fundadas por Favelukes en los años ’80 dieron origen a varios grupos de investigación en fijación de nitrógeno del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular (IBBM, CONICET-UNLP).
Investigadores del CONICET en La Plata asignaron el nombre Rhizobium favelukesii a una nueva rizobacteria en su homenaje. Sus numerosos discípulos continúan su legado.
Foto: CONICET Fotografía.
El Dr. Antonio Lagares, uno de sus discípulos, se refiere a su maestro así: “…Supo forjar lazos académicos muy especiales con colegas del país e Iberoamérica, donde ganó respeto, y supo además cultivar amistad en la
ciencia. En su ámbito se destacó por su compromiso con la vida académica de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP, donde ostentó con mucho orgullo su condición de Profesor Titular Ordinario. Fue además investigador del CONICET. Desde su llegada de su postdoc en Lexinton (USA) en la década de los años ’60, el Dr. Favelukes ha sido uno de los pilares de la bioquímica platense. Más allá de haber sido junto al Dr. Oscar Grau el origen de lo que hoy es el Instituto de Biotecnología y Biología Molecular (IBBM) dependiente de la Universidad y del CONICET, su personalidad y su mirada de la realidad desde la ciencia marcaron definitivamente a todos los que tuvieron la oportunidad de trabajar cerca de él.
Se trató de una persona de cultura amplia, comentarios siempre reflexivos, agudos, y muy atento escucha del otro. Desde lo académico ha estado ligado a lo más brillante de la bioquímica Argentina. Gabriel se mostraba como alguien que disfrutaba conversar de la realidad con otros. Fue un crítico mordaz, y un autocrítico feroz. Todos quienes tuvimos el privilegio de estar cerca de él sentimos el más profundo respeto hacia su legado, y un enorme agradecimiento por lo que ha dejado en nuestro ámbito y en la región.”